- Reducir: reducir el consumo y los residuos es posible, y resulta crucial para minimizar el uso de materias primas y la generación de residuos. Las oportunidades son innumerables, desde la compra de productos con mayor eficiencia energética hasta el uso de plataformas de uso compartido (como el car sharing).
- Reciclar: el núcleo de la idea de circularidad es dar nueva vida a lo que parecía destinado al final. Reciclar las materias primas de un objeto, una pieza de maquinaria o un edificio es el camino a seguir en esta dirección y se aplica a todos los niveles, desde la botella individual hasta la gran fábrica.
- Reutilizar: como en el caso del reciclado, un producto que ha llegado al final de su vida útil no se considera un residuo sino un recurso. A diferencia del reciclado, la reutilización no afecta a las sustancias, sino a los propios productos o a sus componentes, que pueden desmontarse y volver a montarse para otros fines.
- Regenerar: a menudo basta con un pequeño retoque para arreglar un objeto dañado en lugar de tirarlo. Por tanto, esta cuarta «R», a veces, se entiende como «reparación», que, sin embargo, tiene un significado más restringido: la refabricación también afecta, por ejemplo, a una gran planta de producción, que puede modernizarse aumentando su eficiencia y durabilidad.
- Compostaje (en inglés rot): el compostaje es una forma particular de reciclaje de materiales, pero introduce una categoría más precisa: mientras que el reciclaje se aplica a los residuos «secos» (plástico, papel, vidrio, metales), el compostaje se refiere a los residuos orgánicos que pueden convertirse en abono y biocombustibles.
- Impacto medioambiental: la economía circular se originó, principalmente, como un enfoque de ecosostenibilidad. Al reducir el consumo de recursos y la producción de residuos, se protege el medioambiente gracias a una menor dispersión de contaminantes, pero también a una menor emisión de gases de efecto invernadero. Las energías renovables también forman parte de este paquete: como su nombre lo indica, en este caso no se renuevan productos o servicios, sino fuentes de energía.
- Oportunidades económicas: el efecto económico más inmediato es el ahorro. Una empresa o un ciudadano que reutiliza o regenera productos gasta menos en compras. En su sentido más amplio, la economía circular contempla toda la cadena de suministro de productos y servicios desde su diseño. Este planteamiento da lugar a la creación de nuevos modelos de negocio y al desarrollo de nuevos mercados: por tanto, nuevos puestos de trabajo y un estímulo para la innovación que, a su vez, promueve el desarrollo económico.
- Beneficios sociales: por último, la economía circular beneficia a la sociedad en su conjunto debido a las ventajas que acabamos de mencionar. En efecto, el crecimiento económico promueve el bienestar y la cohesión social y, por otro lado, un medioambiente más limpio con menos residuos, menos vertederos y menos contaminación implica una mejora de la salud pública y de la calidad de vida de la población.
Recursos sostenibles
Utilización de fuentes de energía renovables y materiales biodegradables, reciclables o renovables.
Producto como servicio
Un nuevo concepto de propiedad, en el que las empresas ofrecen un único servicio que puede ser utilizado por muchos en lugar de vender el mismo producto a todo el mundo: se maximizan la utilización y la vida útil y se reducen los residuos y la ineficiencia.
Plataformas de intercambio
Herramientas de intercambio y colaboración entre usuarios y propietarios para optimizar los costes de bienes y servicios y los recursos utilizados para producirlos.
Ampliación de la vida útil
Cuanto más dure un producto, menor será su impacto medioambiental. Para aumentar su vida útil, se puede reparar y refabricar: lo más eficaz es diseñarlo desde el principio de manera que facilite estos procedimientos.
Nuevos ciclos de vida
Todas las soluciones destinadas a preservar el valor de un activo al final de su ciclo de vida: esto incluye la reutilización, la refabricación y el reciclado.


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